CAID 2020

CAI+D UNL 2020
Curso de Acción para la Investigación y Desarrollo

Territorios Creativos. Oportunidades de Aprendizaje
Diseño, Arte y Tecnología para un desarrollo sostenible.

Convocatoria: 2020
Tipo: CAI+D PI – Tipo II. Disciplina: Cs. Humanas y Artes
Directora: Patricia Pieragostini
Co-directora: Sara Lauría
Investigadores/as: Marcelo Grabois, Carlos Ruben Sastre, Damián Rodriguez Kees
Colaboradores/as: Mónica Bachot, Federico Raviol, Maria Eugenia Cardoni, Laura Badella, María Liliana Serra, Adriana Sarricchio, Ivana Quarati, Andrea Valsagna, María Florencia Platino, Ruben Suppo, Raquel Airaudo, Federico Schlie, Brenda Rivera, Josefina Zentner
Estudiante: Sergio Rubinich, Nadir Saade, Laura Depetris

Descripción del proyecto

Territorios Creativos

Los profundos cambios culturales, sociales, políticos y económicos de los últimos 30 años sumados a los desafíos locales y globales y a los fenómenos de aceleración del desarrollo en el campo de la ciencia, el arte y la tecnología, han situado a las ciudades en un rol protagónico creciente. La jerarquización que han tenido en el contexto contemporáneo las capacidades instaladas por la sociedad del conocimiento (UNESCO, 2005), han hecho de las ciudades el lugar privilegiado para el abordaje de un desarrollo sostenible, basado en el conocimiento, la creatividad, la diversidad, la memoria y la innovación; constituyendo estrategias prioritarias para mejorar la calidad de vida urbana desde la práctica de la creatividad colectiva. Como propone la organización de Ciudades y Gobiernos Locales Unidos (CGLU) “El desarrollo sostenible se experimenta a nivel local y requiere de espacios y procesos para la participación ciudadana, el debate y la toma de decisiones”. En nuestro SXXI, el desarrollo sostenible solo es posible si se contempla como “un proceso de ampliación de las libertades y de las capacidades, protagonizado por todas y cada una de las personas que habitamos nuestra Tierra, y que deviene sostenible al considerar el respeto de los derechos y las libertades de las generaciones futuras” (CGLU. Cultura 21 Acciones). En este sentido, los marcos de referencia para el desarrollo humano, deben propiciar espacios abiertos al debate, de experimentación compartida que aporten a un contexto para la creatividad social, cultural y política hacia una posible innovación social.

En la misma dirección, el término Ciudades Creativas acuñado por Charles Landry, ya focalizaba a la cultura como eje para el fortalecimiento de la innovación de una ciudad, la revitalización de su economía y su capacidad para adaptarse a los cambios globales. A su vez, destaca que las ciudades creativas giran en torno a cinco palabras claves: curiosidad, imaginación, creatividad, innovación e invención (Landry, 2000). Desde este concepto, se propone pensar la ciudad como un organismo de aprendizaje a partir de la aplicación de conceptos como “creatividad cívica”, “círculo vital de innovación urbana”, “investigación y desarrollo urbano” y “alfabetismo urbano”, como una nueva forma literaria que aporta a la capacidad para leer y entender las ciudades.

En palabras de Belloch:

“…, una ciudad creativa es una ciudad que se distingue, que apuesta por reforzar su personalidad y por buscar espacios abiertos al debate, a la controversia, a la innovación. Y todo entendiendo que la cultura supone estar pendiente de los valores, de la identidad, de los modos de vida, de todo aquello que dignifica a las sociedades” (Belloch en Manito Ed. 2011:14).

Carlos Churba (2008) sostiene que actualmente hay un grupo de conceptos que van prefigurando una realidad que se avecina: ciudades creativas, economías creativas, sociedad de la imaginación, patrimonio creativo, redes de ciudades creativas, personas creativas, estrategias innovadoras creativas que abren puertas a lo que ha denominado “La era de la potencialidad de la creatividad humana” (Churba, 2014).

Así, el modelo de las Ciudades Creativas e innovadoras basa las posibilidades de renovación urbana en la idea de que la cultura y la creatividad tienen un rol protagónico siendo las industrias creativas un factor central cuando se trata de generar nuevas estrategias de desarrollo económico: “Mientras que las industrias creativas contribuyen a la estructura social de una ciudad, la diversidad cultural y la mejora de vida diaria, refuerzan también sus comunidades y ayudan a la definición de una identidad común” (Maldonado, 2012).

Estas cualidades hacen que las Ciudades Creativas ocupen un lugar destacado en la agenda de la UNESCO, desde donde se gestiona la Red de Ciudades Creativas (creada en 2004), cuyo objetivo es hacer de la creatividad un elemento esencial para el desarrollo económico y social de la ciudad; compartiendo experiencias y conocimientos culturales de todo el mundo. Se propone además, fomentar la innovación a través del intercambio de capacitación técnica y conocimientos específicos y promover la diversidad cultural en los mercados nacionales e internacionales. Al proporcionar una plataforma mundial para los activos culturales de las ciudades, la Red de Ciudades Creativas facilita el acceso a las técnicas y conocimientos específicos, la información y las experiencias de todas las ciudades asociadas, con el objetivo de fomentar el desarrollo de las industrias culturales locales y de impulsar el reconocimiento internacional de las ciudades asociadas.

Esta idea de red, pone también en superficie que los asentamientos urbanos no son unidades aisladas, sino que están integrados en un determinado espacio físico y forman parte de sistemas territoriales. El enfoque territorial del desarrollo contribuye a la capitalización de las potencialidades locales y regionales desde donde puede construirse el camino hacia un desarrollo más sostenible, inclusivo y equitativo; conectando entre sí las zonas urbanas, periurbanas y rurales, promoviendo la cohesión social y contribuyendo a la capitalización de las potencialidades locales y regionales.

Como proponen Carlos Jardón y Klaus Gierhake, en su investigación sobre “Conocimiento local en territorios creativos”, los territorios se desarrollan sustentablemente si se transforman en entornos creativos (kreatives Milieu) (Kiese 2004; Gorsler 2006), capaces de desarrollar innovaciones que están en la esencia del aprendizaje de un territorio.

quí se hace mención a aquellos territorios que están ligados al protagonismo del conocimiento y del aprendizaje colectivo como recursos específicos, como propone Florida en esta idea de “regiones que aprenden”, que pueden mantener vivo su deseo de aprendizaje.

El impulso creativo en el territorio ha sido estudiado por R. Gómez de la Iglesia (2014) mediante una categorización triádica: Creative Clad, en donde se buscan establecer relaciones de la creatividad local con la global, mostrándose como una vidriera de cara al exterior; Creative Clad, donde se busca mediante la lógica de las tres T, talento, tecnología y tolerancia, (Florida) para atraer a las clases creativas; y finalmente Creative Clash, son aquellas ciudades que fomentan iniciativas creativas locales, teniendo en cuenta su impacto social, desarrollando una serie de acciones conectadas entre sí y con el mundo, además se ocupan de promocionar valores como el cooperativismo, el debate colectivo y cohesión social.

Otras de las características de un territorio creativo es su capacidad de innovación basada en el capital intelectual, proponiendo como principal fuente de innovación el conocimiento (Sveiby 2001), un conocimiento ligado a las posibilidades de puesta en valor de las potencialidades de los lugares, donde las comunidades construyen sus significaciones y valores compartidos a través de sus propias dinámicas sociales, culturales, productivas, económicas y ambientales.

Este entramado se teje desde las complejidades y tensiones entre las identidades regionales y las diversas formas de globalización e internacionalización propia de los escenarios contemporáneos. En este sentido el “pensar global y actuar local” , lo glocal, se debería complementar con el “pensar local y actuar global”.

Un territorio creativo debe afrontar estos retos, y las Universidades tienen un rol estratégico, no solo desde la esfera de ser los grandes espacios de desarrollo del conocimiento y la formación de profesionales capaces de sumergirse en estas realidades, sino las capacidades instaladas en todas sus actividades sustantivas. El rol de las Universidades , y de las Universidades Públicas, es actuar desde la gestión, la docencia, al investigación y la extensión como verdaderos agentes de cambio, facilitadores del aprendizaje social para el desarrollo de una nueva idea de bienestar: un bienestar sostenible, “vinculado a la calidad del contexto, y por tanto al lugar y al territorio en su conjunto.” (Manzini, 2015: pg 251)

El rol de las universidades 

En este contexto, las políticas de articulación universidad-sociedad adquieren una renovada significación: deben ser pensadas como posibilitantes y facilitadoras de procesos de apropiación social de conocimientos -científicos, tecnológicos, culturales y artísticos- y, a la vez, promotoras de la democratización de la información como forma de protagonizar la construcción de una sociedad inclusiva, con vistas a generar mejores condiciones para el ejercicio de la ciudadanía.

Beatriz Galan aplica el concepto de Reponsabilidad Social a las instituciones de Educación Superior y expresa que:

“A la Universidad le toca liderar […] procesos de formación de capital social y de formación de una nueva ciudadanía. […] La responsabilidad social universitaria […] es un instrumento que, a través de ciclos de internalización-externalización de conocimientos, le permite a la Universidad acompañar las transformaciones sociales en sus territorios de referencia, a la vez que se transforma a sí misma”.

Desde esta perspectiva, las Universidades cumplen un rol estratégico en la configuración de Territorios Creativos, constituyéndose en entidades clave para el cambio de paradigma necesario y aliados estratégicos de los actores políticos, sociales y productivos comprometidos con los procesos de transformación y desarrollo territorial a escala local y regional. No sólo porque se forman profesionales altamente especializados en saberes científicos y artísticos, sino porque cuentan con masa crítica y capacidad para producir, difundir, aplicar y transferir conocimientos a través de cuatro procesos sustantivos como son la docencia, la investigación, la extensión y la gestión.

No obstante, en contextos de crisis recurrentes y cambios permanentes es necesario configurar marcos de acción adecuados que permitan poner el conocimiento, la educación y las capacidades científicas, artísticas y tecnológicas al servicio del desarrollo regional, entendido éste como un valor social que sólo se logra a partir de una adecuada sinergia e interacción entre el campo académico y científico-tecnológico, los sectores de la producción, las organizaciones de la sociedad civil y los entes gubernamentales.

Universidades en territorio

La Universidad Nacional del Litoral es la primera casa de altos estudios creada en Argentina a partir de los valores de la Reforma Universitaria de 1918. Ese ideario innovador y democrático es un punto de referencia que impulsa y actualiza su proyecto académico y político. “Trabajar por una universidad integrada en la región y atenta a los escenarios culturales de un mundo globalizado” es uno de los principales desafíos planteados en “La Universidad del Centenario” -de la Reforma del ´18 y de la creación de la UNL-, documento elaborado como plataforma de gestión para el actual período de gobierno de la UNL (2018-2021) encabezado por el Rector Enrique Mammarella.

Renovar y actualizar el compromiso con los valores reformistas de una universidad pública, centenaria y que nació en clave regional implica hoy más que nunca adoptar un esquema mucho más activo y consustanciado con los procesos de desarrollo local, favoreciendo con ello la construcción colectiva y apropiación pública del conocimiento.

La tarea está contenida en uno de los Lineamientos Operativos Principales incluidos en el Plan de Desarrollo Institucional (PDI 2011 – 2020). Allí se expresa la necesidad de “Contribuir con el fortalecimiento de las identidades culturales, la cohesión social, la lucha contra la pobreza y los problemas sociales a los que está asociada, la promoción de una cultura de paz y la educación en valores, cultivando las expresiones culturales y artísticas para la construcción de ciudadanía en este tiempo global de complejidad creciente”.

Con una fuerte impronta territorial y de compromiso con el medio, desde sus inicios la UNL ha contribuido con la sociedad, brindando enseñanza de calidad, defendiendo los valores democráticos, buscando y creando nuevos conocimientos vinculados al medio a través de diversas producciones culturales, científicas y artísticas y formando profesionales con destacadas actuaciones en la vida pública, social, artística y productiva regional.

“… su profunda concepción democrática, autónoma, crítica y creativa, […..] le permitió a la UNL asumir un fuerte compromiso social, orientando sus políticas a la más amplia democratización del saber, del conocimiento y de la cultura en diálogo permanente con los medios local, nacional y regional de los que forma parte indisoluble” (La Universidad del Centenario. Plataforma de gestión UNL 2018-2021).

En las últimas décadas, se ha renovado el reconocimiento, tanto desde el sector académico como del gubernamental, de la importancia del estudio de las experiencias territoriales como insumo para el desarrollo de políticas públicas. Esto se da en un contexto de procesos de reterritorialización de lógica global-local, que dan surgimiento a una necesidad, cada vez más imperante, de fortalecer los mecanismos de vinculación entre el sector científico-tecnológico y el entramado socio cultural y productivo.

Para quienes tienen responsabilidades de definir políticas públicas en el territorio, asumir con perspectivas de éxito semejante desafío implica, necesariamente, reconocerlo como materia cultural en todas las dimensiones que lo constituyen. El abordaje del territorio en tanto materia cultural configurada y significada, constituye un reto de conocimiento y gestión que está profundamente comprometido con lo socio-ambiental, por lo cual resulta estratégico el reconocimiento e interpretación de la realidad particular de los distintos actores sociales que producen y reproducen territorios.

Esta visión exige respuestas creativas que superen los enfoques lineales y sectoriales, obligándonos a imaginar nuevas formas de vinculación con el entramado social, económico, cultural y productivo y, consecuentemente, nuevas formas de atender y canalizar las demandas de la comunidad.

Fortalecimiento Territorial

En este contexto y en el marco de los nuevos desafíos asumidos se redefine y actualiza la estructura de gestión de Rectorado de la UNL a partir de la creación de las Secretaría de “Fortalecimiento Territorial”; la incorporación de la esfera del arte al área de ciencia y técnica, ahora de “Ciencia, Arte y Tecnología”; de la dimensión cultural a la extensión universitaria, actualmente “Extensión Social y Cultural”.

La misión de la Secretaría de Fortalecimiento Territorial es profundizar las articulaciones entre Universidad y Sociedad, con el fin de poner el conocimiento y la educación al servicio del crecimiento y desarrollo económico y social sustentable, desde un enfoque de resiliencia y una visión holística del desarrollo territorial, en el marco de un modelo de inclusión, integración y participación.

Sobre la base de estas premisas que asumen el territorio como una construcción colectiva y a la cultura como uno de los pilares fundamentales del desarrollo sostenible, se definen las estrategias, objetivos e instrumentos operativos de la Secretaría de Fortalecimiento Territorial.

En primer lugar se adopta el diálogo como estrategia para la identificación de visiones, necesidades y prioridades de los actores territoriales a escala local y regional. En esta tarea es clave el rol de los Centros Universitarios UNL, que operan como unidades de vinculación, referencia territorial y espacios de construcción de nuevos modos de vinculación con el entramado y problemáticas socioculturales de su área de influencia.

Las líneas de acción política se estructuran a partir de seis ejes: 1) desarrollo territorial; 2) innovación en el vínculo universidad-sociedad; 3) identificación de visiones, necesidades y prioridades; 4) fortalecimiento de las capacidades de gestión pública; 5) cultura como motor de desarrollo; 6) internacionalización de prácticas de innovación con fines sociales.

A estos ejes se asocian los dispositivos e instrumentos para la acción en territorio: 1) Mesas de Diálogo Universidad y Territorio; Munigestión, programa de capacitación para municipios y comunas; 2) Unidades Territoriales de Innovación y Desarrollo UTID-; 3) Observatorio de Cooperación Ciudad-Universidad (OCCU-AUGM); 4) Talleres, Foros y Tópicos.

La generación de espacios propicios para el diálogo y la interacción en un trabajo estratégico junto a los Centros Universitarios UNL y los distintos actores políticos, sociales, económicos, productivos y culturales de su área de influencia, posibilitó delinear ideas y estrategias de desarrollo innovadoras a través de una mirada prospectiva del territorio y construir un mapa de demandas a escala microrregional.

La UNL cuenta con masa crítica para aportar al proceso de construcción de territorios creativos, producto de una construcción sostenida en el tiempo y un fuerte involucramiento con el desarrollo de la región que la contiene, lo cual ha posibilitado el impulso y generación de emprendimientos de base tecnológica y cultural: Santa Fe Activa, EXPRESIVA, Club de Emprendedores de Santa Fe; Parque Tecnológico del Litoral Centro –PTLC– Aceleradora Litoral; Polo Tecnológico Esperanza, Polo Tecnológico Regional del Norte Santafesino, son algunos de los ejemplos más destacados.

La FADU-UNL. Diseño, arte y tecnología para un desarrollo sostenible

Habiendo realizado un recorrido por los conceptos de ciudades y territorios creativos y el rol estratégico de las universidades en este paradigma, interesa a la presente investigación adentrarse desde el espacio de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo en los aportes, contribuciones e intercambios entre experiencias de diseño y arte para un desarrollo territorial sostenible desde el enfoque de la innovación social y tecnológica. Aquí es relevante la apertura de la UNL a las redes territoriales, a través de los centros universitarios en la región y el rol protagónico de FADU desde lo disciplinar específico del campo del proyecto en la producción del hábitat humano. La problemática del diseño para el desarrollo sostenible, implica estar inmersos en la complejidad de las diversas formas del habitar contemporáneo de cada lugar y asumir el reto de localizar las acciones en nuestras realidades y contextos de referencia, poniendo en funcionamiento formas de pensar y de hacer con sentido estratégico en pos de mejorar el estado actual de las cosas. En palabras de Manzini (2015:p 81) “…el diseño para la innovación social es todo aquello que el diseño experto hace para activar, mantener y orientar los procesos de cambio social que llevan a la sostenibilidad.”
Desde esta perspectiva, tomando como marco de referencia Cultura 21 Acciones (CGLU), los ODS (ONU) y la Nueva Agenda Urbana (Hábitat III), la presente investigación se propone indagar, exteriorizar y propiciar la relación entre territorios creativos,desarrollo sostenible, experiencias de arte y diseño e innovación en tanto oportunidades de aprendizaje.

El abordaje de las múltiples dimensiones de estas relaciones se realizará articulando diversas miradas, imbricando investigación, docencia, extensión y gestión, a partir capitalizar la conformación multidisciplinar del equipo y las capacidades instaladas desde el desempeño en las diferentes actividades sustantivas de la universidad y de la gestión pública local.

En continuidad con los proyectos de investigación CAI+D “Ciudades Creativas. Aportes a la Enseñanza del Arte y el Diseño” , “Integración de las TICs a la Enseñanza del Arte y el Diseño”, entre otros (ver proyectos relacionados), interesa en esta oportunidad la vinculación con la innovación social y tecnológica, propiciando aprendizajes significativos y experienciales en contextos facilitadores de la creatividad, con oportunidades para interactuar con la vida urbana, abiertos a diálogos interculturales (Elisondo y Donolo, 2014) e incorporando los entornos virtuales que conforman territorios creativos digitales. Se pretende además, alentar “aperturas de experiencias” diversas donde se valore el aprendizaje experiencial, promoviendo procesos creativos desde la perspectiva que plantea Corbalán de “utilizar la información y los conocimientos de forma nueva, y de encontrar soluciones divergentes para los problemas” (Corbalán, 2008, p. 16).

Desde ahí, elaborar marcos conceptuales para encuadrar estrategias didácticas transferibles a las prácticas en diferentes ecosistemas de aprendizaje. Por otro lado, las experiencias de diseño para el desarrollo local desde la perspectiva de la Innovación Social “mira a los lugares, y por lo tanto a las ciudades y los territorios, con los ojos de las personas y de las comunidades que allí viven (un enfoque centrado en el ser humano)” (Mazini, 2015, p. 251). Situando al diseño en el campo de lo cultural, aporta a las transformaciones simbólicas y al desarrollo social del territorio, poniendo en juego los procesos de validación que los sujetos establecen entre ellos y en relación al mundo objetual. Estas estrategias de diseño e innovación brindan conocimientos y metodologías que contribuyen a la gestión pública, en tanto instrumentos para la planificación de políticas en concordancia con las realidades particulares de su ámbito de acción. Como propone Lidia Samar, “desde el diseño se gestiona, desde el diseño se posibilita el desarrollo de estrategias territoriales potenciando las fortalezas de cada lugar” (2014, pp. 8-9).

Así, la presente investigación se propone también contribuir a la gestión pública, fortaleciendo la relación entre universidad, sociedad y territorio.

Estado de desarrollo del grupo con respecto al tema

Los integrantes del equipo de investigación, desde el año 2000 han participado en investigaciones vinculadas a la didáctica del arte y el diseño integrando progresivamente los entornos interactivos de aprendizaje y proponiendo en el CAI+D 2016 “Ciudades Creativas. Aportes a la enseñanza del arte y el diseño” ampliar los horizontes hacia trayectos de experiencias didácticas con oportunidades para interactuar con la vida urbana. Asimismo, la formación multidisciplinar del equipo y la diversidad de roles asumidos a lo largo de estos 20 años en todas las actividades sustantivas de la UNL (docencia, gestión, investigación y extensión), como así también en la gestión pública del gobierno local de la ciudad de Santa Fe, posibilitan asumir nuevos desafíos para profundizar la vinculación con el territorio, desde la continuidad con la línea de investigación-acción que el equipo viene desarrollando.

Los resultados de los proyectos de investigación orientados a la didáctica de las disciplinas proyectuales y del arte: “Didáctica del Diseño” (CAI+D 2000); “Integración de las TIC a la didáctica del diseño y el arte” (CAI+D 2005); “Aplicación de las TIC a la didáctica del taller de diseño” (CAI+D 2009) y “La enseñanza del arte y el diseño en entornos interactivos de aprendizaje” (CAI+D 2013), han permitido la implementación de acciones de formación y desarrollo de recursos en el área específica articulando también con el programa UNL Virtual a través de la implementación de carreras en la modalidad semipresencial y a distancia, donde los docentes investigadores han asumido diferentes roles en las propuestas académicas de la FADU y el Centro Multimedial de Educación a Distancia de la UNL.

Estas acciones se recuperaron, actualizaron y ampliaron desde el paradigma de “Ciudades Creativas” en el CAI+D 2016, como un aporte a la problemática de la enseñanza del arte y el diseño. Así, el presente proyecto de investigación, da continuidad a este camino recorrido, haciendo foco en las relaciones, concordancias y contribuciones que las disciplinas del arte y el diseño pueden hacer al desarrollo sostenible de los territorio. Los desarrollos en estas líneas de investigación han permitido generar sinergia positiva, reflexiva y continua con las demás actividades universitarias sustantivas de docencia, extensión y gestión, como así también sobre el propio hacer.

Objetivos

Objetivo General
El presente proyecto se propone indagar, exteriorizar y propiciar la relación entre territorios creativos, desarrollo sostenible y experiencias de arte y diseño en contextos educativos facilitadores de la creatividad, imbricando acciones de docencia, investigación, extensión y gestión como aporte a la innovación social y tecnológica.

Objetivos específicos
● 
Elaborar marcos conceptuales para encuadrar estrategias didácticas transferibles a las prácticas en diferentes ecosistemas de aprendizaje, a partir de la recuperación de experiencias de arte y diseño en el territorio.
● Propiciar espacios abiertos al debate, de experimentación compartida y construcción colectiva que aporten a escenarios facilitadores de la creatividad social, cultural y política.
● Brindar conocimientos, estrategias y metodologías que contribuyan a la gestión pública, en tanto instrumentos para la planificación de políticas en concordancia con las realidades particulares del ámbito de acción.

Metodología

El enfoque metodológico propuesto se inspira en los principios de la investigación cooperativa (IC) (Heron y Reason, 1996; 2006. Ospina, 2002; 2003; 2005). Es una metodología de investigación-acción participativa, que posibilita que un grupo de personas utilice su experiencia para generar ideas y conocimientos alrededor de un tema que es de interés común. La IC se ha demostrado especialmente útil para:

1) la creación de conocimiento basado en la práctica;
2) el desarrollo de nuevas ideas sobre cómo abordar desafíos relacionados a los problemas que enfrentan los profesionales o líderes sociales en la práctica;
3) el fortalecimiento de la capacidad de los miembros del grupo para actuar en el mundo, fortaleciendo así sus potenciales para el desarrollo;
4) el fortalecimiento de las relaciones entre los miembros del grupo, profundizando el conocimiento sobre el trabajo de cada uno de los participantes y ofreciendo oportunidades de retroalimentación, nuevas relaciones y apoyo entre ellos mismos.

Este enfoque se considera apropiado por el objeto de estudio de carácter multidimensional, por tratarse de una investigación aplicada, como así también por la configuración del equipo de trabajo, con pertenencia a diferentes disciplinas, campos de acción y diversidad de roles respecto de las actividades sustantivas de la universidad.

El dispositivo metodológico aplicado, con el cual se han desarrollado las investigaciones precedentes, recupera para su diseño el concepto de ECRO (esquema conceptual, referencial y operativo) como instrumento abierto a la praxis para abordar un objeto de estudio de carácter cultural, social e histórico.

Asimismo, se establece como variable de indagación, la dimensión temporal que posibilita realizar un recorrido desde las primeras hipótesis y supuestos que configuran el presagio, abriendo camino a lo largo de las diferentes etapas del proceso para arribar a los resultados como producto de la investigación.

Se construye una matriz de doble entrada que cruza estas dos dimensiones (ECRO y temporalidad), poniendo en relación los procesos cognitivos y atributos propios de las experiencias del diseño y el arte (creatividad, innovación, heurística) con el desarrollo territorial sostenible.

Estas indagaciones de interés se abordan imbricando acciones de docencia, extensión, investigación y gestión.

La estructura en trama define núcleos problemáticos que serán desarrollados en concordancia con una estrategia dialógica y dinámica. En este sentido, los tópicos propuestos se abordarán en forma simultánea y en interacción.

FASE 1: PRESAGIO – Momento analítico

Esta instancia refiere fundamentalmente al análisis y diagnóstico de las condiciones de partida de la problemática a desarrollar, y a la elaboración del programa de necesidades en relación a los objetivos planteados. Es la base que sustenta las hipótesis de trabajo, el reconocimiento del estado del arte y estudio de antecedentes.

FASE 2: PROCESO – Momento propositivo

Esta instancia integra las diferentes etapas del momento propositivo de la investigación en orden a poner en marcha las acciones que impulsan experiencias innovadoras y creativas, articulando actividades de docencia, investigación, extensión y gestión.

FASE 3: PRODUCTO – Resultado alcanzados

Esta instancia refiere a los resultados de la investigación, verificación de los objetivos, recuperación de la evaluación continua realizada durante cada etapa, socialización de los alcances, divulgación y transferencia.

Financiamiento

$450.000

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